En lo que es bienestar, el descanso, comenzó por suerte a tener un papel predominante. 

El sueño insuficiente o desordenado se asocia con enfermedades graves, morbilidad, y mortalidad.

Además, un dormir insuficiente se relaciona a estar fatigado y a la niebla mental, entre algunos efectos adversos.

La perspectiva del sueño como medicina preventiva se ve reforzada al apreciar su impacto bidireccional: la falta de sueño aumenta el riesgo de enfermedad y dolencia, así como a la inversa, enfermedad y las enfermedades interrumpen el sueño. Esto a menudo crea un círculo vicioso.

El sueño mejora el aprendizaje, la memoria y el estado de ánimo, ayuda a reparar el organismo, a eliminar toxinas, es beneficioso para las defensas, entre otras cosas.

Muchos me preguntan qué cantidad de sueño es necesaria. El sueño óptimo para un individuo varía de persona a persona y durante su vida. Además, algunos adultos no encajan en las pautas para un sueño óptimo. Requerir más más de 9 horas de sueño (ser un “dormir largo”) o necesitar menos de 6 horas (ser alguien que “duerme poco”) no diagnostica reflexivamente a un individuo con un trastorno del sueño. 

Lo que quiero dejarte hoy es una guía, que es la misma que uso con mis pacientes para que a la hora de dormir, puedas llevar una rutina.

Algunas de las recomendaciones son

  • Establecer una rutina, acostarte y levantarte siempre a un mismo horario.
  • 1 hs previa a dormir hacer actividades relajantes
  • Control del café o de bebidas energéticas previo a acostarse
  • Terminar de cenar al menos 2 hs antes de acostarse

Si consideras que podes estar pasando por una alteración del sueño, no dudes en consultar con un médico o incluso te dejo aquí el link para que saques una consulta conmigo https://lifestylemedicineandcoach.com/index.php/medicinaorthomolecular/